ríete,
mucho;
ríete tanto que duela.

lunes, 23 de julio de 2018

Último portazo.

Que digo yo que nunca fue fácil,
que siempre se tardará menos en romperse
y más en decidir si levantarse.

Que ya no es cosa de dos
porque en el fondo siempre supiste que solo contaba uno,
sin que suene bonito,
sin esas moñadas vomitibas
de las que siempre presumiste
y que yo creí.
Solo contaba uno.

Que digo yo que siempre lo supiste,
que era más cómodo quedarse sentado
pidiendo más
que levantarse a buscar respuestas a todas las preguntas que un día nos hicimos;
y las ganas...
cuantas veces dijimos que nunca faltarían
y qué pena tener que estar buscándolas ahora.

Que digo yo que ya qué más da
si ya no dueles,
si la puerta se ha cerrado del todo
y he echado el pestillo para no volver a darte la oportunidad de armar otro desastre,
como aquel día,
como todos,
como siempre.

Y las ilusiones...
cuantas veces te dije que serían la base de todo
y como te has empeñado en tirarlas.

He tirado la basura y no han quedado recuerdos aquí dentro,
así que puedes irte
con la total
tranquilidad
de que no saldrá nadie
a buscarte.