ríete,
mucho;
ríete tanto que duela.

martes, 7 de noviembre de 2017

Weakness

Se ha roto.
Sé que se ha roto porque el frío no es igual
y yo
he dejado de mirar a la gente sin pestañear.

Ahora soy capaz de coger aire
y llenar los pulmones de ilusión,
y da vértigo.
Sé que lo sabes
y que pretendes aparentar
que no tienes la capacidad
de enterarte de lo que está pasando aquí.
Pero lo has roto,
y esta vez no voy a llamarte
amor
porque he aprendido que
cuanto menos dices
más alto llegas.

También sé que aquí la única cobarde
no he sido yo
pero que, aun así,
no vamos a permitirnos el lujo
de demostrarle a nadie
que hemos sangrado más
noches
que
días.

Tampoco vengo a agradecerte nada;
sabes lo que has roto
y que prometí
ser lo suficientemente fuerte
como para no dejarte entrar
en el mismo sitio
que sé que
a día de hoy
llamas hogar.

Y ahora los días son más largos de lo normal
y las cosas ya no duelen tanto,
no son tan frías.
Te has permitido el lujo
de romperme
la puta barrera
y te he dado la oportunidad
de romper un par de cosas más
que nunca tendré valor de decir,
aunque ya lo sabes.
Siempre supiste de que se trataba
y, aun así
quisiste quedarte a ver
qué había más allá
de unas letras.

Ahora que lo sabes
y que yo me he dejado ver demasiado
solo puedo pedirte paciencia
y tiempo;
la primera para soportar todo lo que venga
y la segunda para pasarlo conmigo.
Y, por último,
sin dejar de ser lo más importante
te pido a ti,
con tus manías
para convertirlas
en mis
defectos
favoritos;
y tu risa,
ojalá nunca me quites la oportunidad
de escucharte reír así,
aunque sea de mí,
aunque sea por todo.

Ríete,
ríete tanto
y tan fuerte
que hagas olvidar que existe un mañana,
una vida sin ti.
Porque
negaré que lo he dicho,
pero yo ya no quiero volver a despertar
sin verte mirarme así,
así que
ojalá
nunca
dejes de
hacerlo.