ríete,
mucho;
ríete tanto que duela.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Nos ha llegado el invierno.

Sé que estas cosas siempre sorprenden
pero que tú ya sabías que esto pasaría.
Se ha acabado el tiempo que teníamos
y he dejado de tener ganas
y actitud
para tirar de un carro
que lleva demasiado peso,
y que ni siquiera es mío.

Nos ha llegado el invierno
y nos ha pillado destapados,
a media noche
y con un montón de sueños que no van a cumplirse.
Tú ya lo sabías
y yo,
ahora 
simplemente
me limito a darte la razón.
Y podrás llamarme cobarde,
que aun así sé que es el momento de irse,
de buscar un camino
que tampoco sé dónde va a llevarme
pero que no es aquí.
No es contigo.

Cuesta abajo y sin frenos,
en pleno invierno
y con un montón de dudas
que nunca nos ayudaron a creer en esto.
Ahora,
tengo que decirte
que una retirada a tiempo a veces es una victoria;
pero que sé que si se trata de ti
pierdo,
es solo que
hace tiempo que tampoco me tengo a mí.
Y te echaré de menos
cada
maldito
día
que me quede,
porque aquel día
que tuvimos valor de empezar todo esto
te lo dije de verdad,


eras tú o nadie más.